- Que alegría verte por aquí, macho
- Gracias a dios que viniste
- A mis brazos, colega
Estos eran solo algunos, aunque el que más le alegró fue la secretaria que le lanzó el sostén al estilo stripper (muy bonito, por cierto, con sus encajes de florecillas rosas y todo). Estaba anonadado, y pese a que nunca lo admitiría, también un poco acojonado.
La celebración fue por todo lo alto. Confetis, serpentinas, globos, ríos de champan. Hasta cuando salió con el jefe cogido de la mano cual niño pequeño lo mantearon. Se acabó el aguantar a ese gilipollas.
- Panda cabrones...- fue lo único que se le ocurrió al fallecido