Un hombre religioso donde los haya, creyente aferrimo del Cristianismo, practicante de todo lo que dictaba el Vaticano (hasta el extremo de contagiarse dos veces de herpes y una de sifilis por no usar preservativo) muere en un tremendo accidente relacionado con un gato y mantequilla.
Llega a las puertas del cielo y con cara de pena le dice a San Pedro:
- ¿Como? ¿Solo una vida?
- Claro
- Puta madre... toda la vida adorando a Dios y resulta que la oferta de Nintendo era mejor...
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