miércoles, 8 de junio de 2011

La verdad oculta

"Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba ahí". Se conoce que se había quedado dormido en Dinópolis.

Versión censurada de la obra de Augusto Monterroso

jueves, 2 de junio de 2011

Una muestra de amor

Era San Valentín y yo quería sorprender a la chica con la que estaba saliendo (esa risita que acabas de soltar sobraba, me ha ofendido). No tenía ni idea de que regalarle, que comprarle, que hacerle -bueno, que hacerle sí, pero para llegar a eso me lo tendría que currar - y como cada vez estaba más cerca la fecha, el día D para los militares, recurrí a la fuente de sabiduría, al manantial de conocimiento, a la caja negra de los consejos. Internet.

Mala idea. Empecé a buscar y rebuscar, a entrar en páginas y que me aconsejaran, y nada. Vaya mierda de fuente de sabiduría... Así que como ya he hecho otras veces, improvisé. E improvisé bien romanticamente.

Organicé una cena intima en mi casa, velitas rojas, poca luz -sobre todo si no eres agraciado físicamente-, música armoniosa y una cena romántica.

Llegó la hora cero.

Afeitado, aseado, perfumado y vestido - que tengo entendido que eso es importante- le abrí la puerta de mi casa. Cuando entró le quité el abrigo, la hice pasar y ¡tachan! toma romanticismo.

Pero mis sorpresas no acabaron ahí - más tarde comprendí que tendrían que haber acabado ahí, pero de los errores se aprende-, sino que aún me guardaba dos detalles bajo la manga, dos momentos tan románticos y empalagosos que harían vomitar al propio Winnie the Pooh.

Me puse de rodillas, le cogí la mano y con mi mirada serena, apuntando a sus ojos, me humedecí los labios y recité el poema que había escrito hacía tan solo una hora:

Yo por ti me hice poeta,
y aunque nunca escribí el quijote,
bájame la bragueta
y cómeme tol cipote

Seguidamente y antes de que pudiera reaccionar, pues misteriosamente se había quedado en shok, me puse en pie con un movimiento digno de un atleta y a lo Hulk Hogan me desabroche la camisa, dejando mi torso moldeado en el gimnasio y previamente depilado a su vista, con un dibujo hecho como solo el amor puede hacer. Este, concretamente

Y bueno, para que decir más. Me pidió un tiempo y yo se lo concedí, naturalmente, pues mi muestra de amor fue sin duda impresionante y la dejó conmovida. Y así hasta ahora, que estoy empezando a sospechar que ya no fue tan buena idea hacerlo, por eso de que hace más de tres meses que no hablamos. Siempre me han dicho que a mi el romanticismo me pierde. Y con razón.

Toy enfermito

Debí prever lo que me sucedió este fin de semana, pues rompí un cristal, me miró un tuerto y pasé por debajo de una escalera, pero soy muy confiado.

Empecé a sentirme mal el jueves. Lo primero que pensé fue "Mierda, ya me he vuelto a pasar con el cigarrito de la risa". Las narices.

El viernes ya ni me podía mover. Me pusieron cuatro termómetros y los reventé todos. Estaba tan caliente que me ponían un huevo en la mano y salia cocido. Llamaron al medico y cuando abrí la puerta no sabia si era mi habitación o una sauna del vapor que había. Vamos, que un zombie tiene mejor salud que yo. Me recetó unas pastillas y pude aguantar. O eso creí yo.

El sábado se me fue un poco la tontera. Mis padres me dijeron que el día anterior había creído que era el hijo de Paquirrin y Maria Patiño. Cuenta como estaría... Lo malo fue que tenia una moquita que parecía la riada de Biescas. Estuve todo el día y la noche sin parar de sonarme. Llamaron para que fuera a jugar al fútbol, y les dije que a no ser que me quisieran para dejar una guia de mucosas no....

Y por fin el Domingo. Nada más levantarme llevaba una congestión de impresión (¡coño! un pareado. Igual sí estoy mejorando). Lo que sucedió a continuación tengo que reconocer que fue en parte culpa mía. Me estaba sonando pero estaba un poco ido, y no me di cuenta de que me puse al lado de la puerta, que se abre hacia dentro. Mi padre se levantó y me fue a preguntar que tal estaba, con tal mala suerte que coincidimos los dos junto a ambos lados de la puerta. Y abrió de golpe.

Una sangre de mis narices... No sabia si estaba resfriado o de matacía. Perdí la cuenta del papel que use para cortar la hemorragia. Pero tengo que darle las gracias. Esa ostia que recibí me despejo un montón. Lastima que por la noche volviera con la tontería de sentirme mal.

Y esa es la razón por la que no he actualizado en todo el fin de semana. Ya si eso otro día os cuento la circuncisión accidental que le practique al gato de mi vecino...
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Aclaro que estoy perfectamente, simplemente este es un texo que escribí hace meses y me daba pena perderlo