martes, 4 de mayo de 2010

Desgarrado

Hoy lamento comunicaros que tengo un doloroso trauma. Esta anécdota esta sacada de lo más profundo de mí, y no metafóricamente. Es corta, y por ello dí gracias a Dios.

Todo ocurrió cuando yo tenía siete años. En esa etapa tuve una fase que, por decirlo sutilmente, iba mucho a visitar a mi amigo Roca (para los menos espabilados, que me cagaba patas abajo). Según el medico tenia una enfermedad intestinal, años más tarde se descubriría que mi abuela metía laxantes en mi comida porque según ella estaba ganando peso.

Ese periodo coincidió con uno que mi madre limpiaba el baño constantemente, puede que fuese por mi culpa, no lo sé.

El caso es que una tarde soleada de verano, sentí un gran retorcijón en mis entrañas, como si me pusiera de parto. Por aquel entonces solo había un baño, y mi madre estaba puliéndolo como de costumbre. Tan alarmado llegué que mi madre salió corriendo, por eso de no verme en mi momento más intimo, actualmente llamado "sacar a Obama de Casa Blanca".

Ella, para más inri, estaba en la costosa tarea de limpiar la taza de váter con una escobilla de esas con el mango largo, y con la tontería de las prisas, se olvidó de sacarla de tan sucio lugar.

Inocente de mí, me bajé los pantalones entre retortijones y gruñidos por eso del esfuerzo de retener tan poderoso truño. Y me senté en la taza sin mirarme si quiera.

En ese momento puedo afirmar que perdí mi infancia. Eso y parte del colon. Me había colocado tan rápido que el mango de la escobilla entró con tremenda velocidad en mí, sin duda ayudado por la cascada de "chocolate" que empezaba a soltar. El grito fue aterrador. Mi abuela se desmayó, y tuvieron que llamar a dos ambulancias.

Cuando entré en Urgencias tuvieron la decencia de taparme con una manta. Creo que soy algo así como una leyenda en el hospital, nadie ha conseguido que tanta gente se descojone y vomite a la vez, como en cadena.

Y esa es mi historia. Os he revelado una parte profunda, concretamente de diecisiete centímetros, de mí. Ahora creo que voy a ir al baño, lo añoro.

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