Cuando haciendo la limpieza Marilin encontró sus antiguos pitufos de plástico se los fue a enseñar a su tío Tom con la emoción propia de quien redescubre la infancia:
- Mira que acabo de encontrar en el desván
- Por dios Marilin, tíralos que ya tienes veinte años...
Triste y ofendida decidió obedecer, no sin antes hacerse una foto con ellos para el recuerdo. Cuando la vio, tío Tom comprendió que también eran cosas de adultos.
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