Los delfines ya no querían seguir viviendo.
Estaban tristes, muy tristes, por la desaparación de Abela la morena, la primera dama del club delfinesco de Irún.
Era una gran señora, o delfina mejor dicho.
Siempre amable, muy graciosa, y con los pobres generosa.
Una fea damisela, cierto, pero no todo iba a ser bonito,
al igual que los bebés no siempre son cabritos.
Como iba diciendo, los delfines estaban depres.
No comian, no saltaban,
¡si ni siquiera buceaban!
Ahí se pasaban todo el día,
flotando en la orilla,
a la dura y larga espera
de que un alma caritativa
los cociera a la salmuera.
¡Que dichos serian!
si para algo más sirvieran
que para dar brincos en la marea
y divertir a niños de feria
Dios, como lo ansiaban,
igual que un vampiro el día
ver por fin a Abela
o cocerse en salmuera
Poco les importaba
porque como ya dije anteriormente:
¡que depres estan los delfines,
que ni piensan cabalmente!
Ignacio Claver, destroza poesias nivel amateur
martes, 20 de diciembre de 2011
miércoles, 17 de agosto de 2011
Publicidad engañosa
Cuando el hombre que caminaba desnudo y con zapatillas de deporte pasó por delante de la base militar de Zaragoza, todos se extrañaron. El cabo Jimenez incluso llamó a su capitán para preguntarle si eso era normal. El soldado Jimenez era nuevo, y no sabía como actuar. Lógico es también que el capitán lo mandase a tomar por saco.
Cuando el hombre que caminaba desnudo y con zapatillas pasó por delante de una parada de autobús, todos los abuelos que había ahí se escandalizaron, todos menos una señora que se quitó la dentadura y le saco la lengua a lo Gurruchaga.
Cuando el hombre que caminaba desnudo y con zapatillas pasó por una ferretería el dueño del establecimiento salió para preguntarle si quería una sartén, "para cubrir tus partes, que además por lo visto debe hacer mucho frío hoy". Estoicamente lo rechazó, y siguió su camino.
Y finalmente el hombre que caminaba desnudo y con zapatillas llegó a su destino. Entró en Decathlon ante la estupefacta mirada de todos, cogió una bicicleta, su respectivo casco, un saco de boxeo, una barca inflable y unas gafas muy molonas que vio a última hora y se fue directo a pagar.
- Seran 2455.98, por favor
- ¡¿Qué!? ¡Menudo timo! ¡Encima que vengo expresamente así por la oferta que había!
- ¿Oferta? ¿A que se refiere, señor?
- ¡Pues a esa de vuestra publicidad! "50% de descuento en pelotas y zapatillas"
martes, 2 de agosto de 2011
Viaje al más allá
- ¡Rápido, doctor, que se despierta!
- ¡¿Qué?! ¡Vuelva a ponerle la anestesia!
Esas fueron las últimas palabras que oyó Isidra antes de notar como una capa de cansancio la envolvía hasta darse por vencida.
- Hola Isidra, ¿que tal todo?
- ¿Um? Bien, creo. ¿Que tal salió la operación, doctor?
- Sí, veras... de eso quería hablarte. No quiero que te asustes pero... bueno, mejor abre los ojos
Cuando lo hizo vio lo más hermoso que ha existido nunca. Ante ella se extendía el gran firmamento del universo. Estrellas, millones de ellas, grandes, pequeñas, medianas, hasta una con gracioso pezón luminoso poblaban todo hasta donde le alcanzaba la vista.
- ¿Estoy... estoy muerta?
- Sí, fue un trágico accidente, pero no quiero que te preocupes porque aquí todo es hermoso.
- Pues parece que esté en Lluvia de estrellas...
- Ya ves, es lo que tiene el presupuesto. Por cierto, ¿que sientes?
- Ganas de tomar un café. ¿Hay aquí?
- Claro, tenemos a un gran cafetero. Al pobre lo mató un cappuccino rencoroso.
- Ah, genial, entonces creo que me puedo acostumbrar a esto- dijo mientras se iba de la mano de una figura encapuchada con una gran sonrisa permanente en la cara.
- ¡¿Qué?! ¡Vuelva a ponerle la anestesia!
Esas fueron las últimas palabras que oyó Isidra antes de notar como una capa de cansancio la envolvía hasta darse por vencida.
- Hola Isidra, ¿que tal todo?
- ¿Um? Bien, creo. ¿Que tal salió la operación, doctor?
- Sí, veras... de eso quería hablarte. No quiero que te asustes pero... bueno, mejor abre los ojos
Cuando lo hizo vio lo más hermoso que ha existido nunca. Ante ella se extendía el gran firmamento del universo. Estrellas, millones de ellas, grandes, pequeñas, medianas, hasta una con gracioso pezón luminoso poblaban todo hasta donde le alcanzaba la vista.
- ¿Estoy... estoy muerta?
- Sí, fue un trágico accidente, pero no quiero que te preocupes porque aquí todo es hermoso.
- Pues parece que esté en Lluvia de estrellas...
- Ya ves, es lo que tiene el presupuesto. Por cierto, ¿que sientes?
- Ganas de tomar un café. ¿Hay aquí?
- Claro, tenemos a un gran cafetero. Al pobre lo mató un cappuccino rencoroso.
- Ah, genial, entonces creo que me puedo acostumbrar a esto- dijo mientras se iba de la mano de una figura encapuchada con una gran sonrisa permanente en la cara.
sábado, 30 de julio de 2011
Maldito sol
- Todos lo adoran a él. Es algo así como "Oh, lo vamos a intentar encandilar para que su luz nos de buenas cosechas, seguro que lo conseguimos". Maldito sol... siempre el ojito derecho de los humanos.
Pero esto va a cambiar, oh si, ya lo creo que va a cambiar. Como que me llamo Luna que esto no queda así. Esos monstruitos se van a enterar. Les voy a tapar el sol y se van a tener que fastidiar. ¡Muajajajajajaja!
- Deja de reir así, que siempre haces lo mismo y siempre es temporal, ¡desvergonzada!
- Perdoooona, Tierra, ya sabes que me ciego con esos tios que te habitan.
- Me lo vas a decir a mi, que parecen una plaga
Pero esto va a cambiar, oh si, ya lo creo que va a cambiar. Como que me llamo Luna que esto no queda así. Esos monstruitos se van a enterar. Les voy a tapar el sol y se van a tener que fastidiar. ¡Muajajajajajaja!
- Deja de reir así, que siempre haces lo mismo y siempre es temporal, ¡desvergonzada!
- Perdoooona, Tierra, ya sabes que me ciego con esos tios que te habitan.
- Me lo vas a decir a mi, que parecen una plaga
miércoles, 8 de junio de 2011
La verdad oculta
"Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba ahí". Se conoce que se había quedado dormido en Dinópolis.
Versión censurada de la obra de Augusto Monterroso
jueves, 2 de junio de 2011
Una muestra de amor
Era San Valentín y yo quería sorprender a la chica con la que estaba saliendo (esa risita que acabas de soltar sobraba, me ha ofendido). No tenía ni idea de que regalarle, que comprarle, que hacerle -bueno, que hacerle sí, pero para llegar a eso me lo tendría que currar - y como cada vez estaba más cerca la fecha, el día D para los militares, recurrí a la fuente de sabiduría, al manantial de conocimiento, a la caja negra de los consejos. Internet.
Mala idea. Empecé a buscar y rebuscar, a entrar en páginas y que me aconsejaran, y nada. Vaya mierda de fuente de sabiduría... Así que como ya he hecho otras veces, improvisé. E improvisé bien romanticamente.
Organicé una cena intima en mi casa, velitas rojas, poca luz -sobre todo si no eres agraciado físicamente-, música armoniosa y una cena romántica.
Llegó la hora cero.
Afeitado, aseado, perfumado y vestido - que tengo entendido que eso es importante- le abrí la puerta de mi casa. Cuando entró le quité el abrigo, la hice pasar y ¡tachan! toma romanticismo.
Pero mis sorpresas no acabaron ahí - más tarde comprendí que tendrían que haber acabado ahí, pero de los errores se aprende-, sino que aún me guardaba dos detalles bajo la manga, dos momentos tan románticos y empalagosos que harían vomitar al propio Winnie the Pooh.
Me puse de rodillas, le cogí la mano y con mi mirada serena, apuntando a sus ojos, me humedecí los labios y recité el poema que había escrito hacía tan solo una hora:
Yo por ti me hice poeta,
y aunque nunca escribí el quijote,
bájame la bragueta
y cómeme tol cipote
Seguidamente y antes de que pudiera reaccionar, pues misteriosamente se había quedado en shok, me puse en pie con un movimiento digno de un atleta y a lo Hulk Hogan me desabroche la camisa, dejando mi torso moldeado en el gimnasio y previamente depilado a su vista, con un dibujo hecho como solo el amor puede hacer. Este, concretamente
Y bueno, para que decir más. Me pidió un tiempo y yo se lo concedí, naturalmente, pues mi muestra de amor fue sin duda impresionante y la dejó conmovida. Y así hasta ahora, que estoy empezando a sospechar que ya no fue tan buena idea hacerlo, por eso de que hace más de tres meses que no hablamos. Siempre me han dicho que a mi el romanticismo me pierde. Y con razón.
Toy enfermito
Debí prever lo que me sucedió este fin de semana, pues rompí un cristal, me miró un tuerto y pasé por debajo de una escalera, pero soy muy confiado.
Empecé a sentirme mal el jueves. Lo primero que pensé fue "Mierda, ya me he vuelto a pasar con el cigarrito de la risa". Las narices.
El viernes ya ni me podía mover. Me pusieron cuatro termómetros y los reventé todos. Estaba tan caliente que me ponían un huevo en la mano y salia cocido. Llamaron al medico y cuando abrí la puerta no sabia si era mi habitación o una sauna del vapor que había. Vamos, que un zombie tiene mejor salud que yo. Me recetó unas pastillas y pude aguantar. O eso creí yo.
El sábado se me fue un poco la tontera. Mis padres me dijeron que el día anterior había creído que era el hijo de Paquirrin y Maria Patiño. Cuenta como estaría... Lo malo fue que tenia una moquita que parecía la riada de Biescas. Estuve todo el día y la noche sin parar de sonarme. Llamaron para que fuera a jugar al fútbol, y les dije que a no ser que me quisieran para dejar una guia de mucosas no....
Y por fin el Domingo. Nada más levantarme llevaba una congestión de impresión (¡coño! un pareado. Igual sí estoy mejorando). Lo que sucedió a continuación tengo que reconocer que fue en parte culpa mía. Me estaba sonando pero estaba un poco ido, y no me di cuenta de que me puse al lado de la puerta, que se abre hacia dentro. Mi padre se levantó y me fue a preguntar que tal estaba, con tal mala suerte que coincidimos los dos junto a ambos lados de la puerta. Y abrió de golpe.
Una sangre de mis narices... No sabia si estaba resfriado o de matacía. Perdí la cuenta del papel que use para cortar la hemorragia. Pero tengo que darle las gracias. Esa ostia que recibí me despejo un montón. Lastima que por la noche volviera con la tontería de sentirme mal.
Y esa es la razón por la que no he actualizado en todo el fin de semana. Ya si eso otro día os cuento la circuncisión accidental que le practique al gato de mi vecino...
_______
Aclaro que estoy perfectamente, simplemente este es un texo que escribí hace meses y me daba pena perderlo
miércoles, 11 de mayo de 2011
El día que te conocí...
El día que te conocí, llevabas todo el pelo alborotado, con esa cara de chico malo, y me dijiste que sí, que tú te venías conmigo. Lo que pasa es que no te había ofrecido nada, gilipollas, así que la próxima vez no seas tan descarado. Y peínate, cojones, que te ve Llongeras y le da un jamacuco...
jueves, 5 de mayo de 2011
Pasando lista
- Gilipollas
- Presente
- Drogadicta
- Presente
- Cotillas
- Presentes
- Pues ala, ya estamos todos. Cuando querais empezamos Sálvame
lunes, 11 de abril de 2011
Una mala oferta
Un hombre religioso donde los haya, creyente aferrimo del Cristianismo, practicante de todo lo que dictaba el Vaticano (hasta el extremo de contagiarse dos veces de herpes y una de sifilis por no usar preservativo) muere en un tremendo accidente relacionado con un gato y mantequilla.
Llega a las puertas del cielo y con cara de pena le dice a San Pedro:
- ¿Como? ¿Solo una vida?
- Claro
- Puta madre... toda la vida adorando a Dios y resulta que la oferta de Nintendo era mejor...
domingo, 10 de abril de 2011
Los descubrimientos de Karen
Estaban todos reunidos en torno a la mesa, cenando, cuando el tío Casimiro le preguntó si se sentía más mayor.
- Y dime cielo, ¿te sientes más adulta?
- Oh sí, ya lo creo
- ¿Y eso? ¿Has hecho algo especial?
- Sí, he conseguido averiguar que los hombres también lloran
- ¿Como?
- Pues porque en la papelera de tato hay más pañuelos que en la de tata
Esa sería la última noche que Chabier dormiría con la puerta cerrada.
viernes, 11 de febrero de 2011
Desde la ofi con corazon
Cuando La Muerte llegó a la oficina estaba todo el mundo esperandola. No es nada común en su trabjo, ni siquiera con su familia, pero todos estaban ansiosos de verla llegar. La gente salía a su paso a saludarla, no digo más.
- Que alegría verte por aquí, macho
- Gracias a dios que viniste
- A mis brazos, colega
Estos eran solo algunos, aunque el que más le alegró fue la secretaria que le lanzó el sostén al estilo stripper (muy bonito, por cierto, con sus encajes de florecillas rosas y todo). Estaba anonadado, y pese a que nunca lo admitiría, también un poco acojonado.
La celebración fue por todo lo alto. Confetis, serpentinas, globos, ríos de champan. Hasta cuando salió con el jefe cogido de la mano cual niño pequeño lo mantearon. Se acabó el aguantar a ese gilipollas.
- Panda cabrones...- fue lo único que se le ocurrió al fallecido
sábado, 8 de enero de 2011
Desahogándome un poco
Oigo Sálvame Deluxe de fondo mientras mato el tiempo en el ordenador hasta que me vaya a la cama.
Oigo una estridente, irritante e inculta voz gritando cada poco tiempo, cual coletilla después de una frase, un "¡¿vale?!", seguido de una atronadora ovación de un público que no llega a mansa ovejilla, ansioso porque le den algo que aplaudir y no pensar, no vaya a ser que quemen glucosa innecesariamente.
Oigo a una pandilla que se hace llamar periodistas la mayoría, entrevistadores los menos, hablar de otras personas como si las conocieran mejor que su propia madre, o hasta mejor que ellos mismos. Preguntando, cuando dejan de gritar un momento, a una persona que, por regla general, tiene aún menos luces que ellos, cosa difícil de cojones por cierto, sobre escándalos sexuales de su vida, del tamaño de la polla de sus novios, de si es, y cito textualmente "macho o medio macho", y mil mierdas similares.
Oigo a un presentador que por lo único que esta ahí es porque se la sabrá chupar bien a Vasile, porque solo hay que escucharlo para darse cuenta de su nula calidad como presentador o para llevar un programa, discutir con sus propios compañeros, hacer chistes malos e interrumpir a los becerros que suelen llevar de entrevistados mientras hablan hasta el punto de llegar a ser hostiable.
Pero sobre todo oigo una vocecilla en mi interior, clamando al cielo, preguntarse donde cojones ha quedado la calidad de una televisión que si bien antes era mala, ahora es una soberana cagada.
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