martes, 4 de mayo de 2010

Ni Dios entiende a los mimos

Y es verdad. No hay manera de comprender a estas personas que se pintan de blanco y se quedan quietos mucho rato seguido. Demostración:

Primer día: Pasad delante de un mimo, observadlo un rato y echadle una moneda a los pies. Veréis como se mueve leeeeeentamente durante cuanto ¿diez segundos? Joder, si parecen políticos...

Segundo día: La parte final del experimento. Ahora, en vez de darle unas monedas, coged carrerilla y quitadles el gorro/sombrero/lata que tengan con el dinero. Usain Bolt hace la risa comparado con ellos. Unas ansias, un mover de piernas... Y como te pillen, lo llevas claro.

Moraleja: Los mimos son como los bancos. Mientras les llega el dinero, apenas se mueven, pero como se les corte el grifo date por jodido.

Este experimento esta basado en hechos reales. El mimo me calzó dos guantazos que aun tengo las orejas del reves. Duele.

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